La marcha de Zapater tiene bemoles

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La banda municipal de Ejea de los Caballeros rinde homenaje esta noche a Alberto Zapater con un concierto.

La marcha de Alberto Zapater del Real Zaragoza tiene bemoles. Y sostenidos, y corcheas, y claves de sol. Que se lo digan a la banda municipal de su pueblo, Ejea de los Caballeros, que afina sus instrumentos para el concierto que ofrecerá esta noche, a las 21.00 en la plaza de la Villa, homenajeando al jugador. Sus emotivas palabras en la rueda de prensa de despedida tienen la culpa. Cuando el director de la banda, Javier Comenge, escuchó ese sentido adiós, se dijo que algo había que hacer. «Como ha salido del equipo de estas formas, pensé enviarle una carta a título personal -recuerda el músico-. Lo comenté con la banda y decidimos hacer entre todos un escrito. Y, de ahí, surgió el concierto». Y no solo eso. La banda grabará un cedé con dos temas míticos de la localidad -la Habanera de Ejea y el himno de la Virgen de la Oliva- y lo mandará a Zapater a Génova. «A ver si lo animamos y, si no, siempre le harán compañía», espera Javier, que celebrará hoy, con esta actuación, su cumpleaños.

Pero no solo la música volará a la ciudad italiana, sino que todo el que quiera podrá firmar en el libro que le van a enviar al jugador a su nuevo destino, y que incluye recuerdos y fotografías de Zapater en Ejea, y mensajes de ánimo de sus vecinos. Y de la propia banda, porque muchos de los integrantes tienen o han tenido relación con el deportista. Como el encargado del bombardino, Pepe Tapia, que fue entrenador de un Zapater niño de solo ocho años. «Iba con mi hijo al colegio y ya despuntaba. Era un superdotado para el fútbol. Y, como persona, siempre ha sido un chaval excelente», cuenta Pepe. «Mantiene a sus amigos de siempre -añade- y no tiene nada de aureola. Es muy querido aquí». Por todos esos motivos, Pepe considera adecuado un recuerdo desde su pueblo. «Los músicos estamos para eso, para tocar. Y hemos sentido mucho que se nos vaya del Zaragoza», afirma.

También tocará esta noche Daniel Liso, que además juega de portero en el Ejea, y que ha sido de los primeros en escribirle unas letras a Zapater. «Le he puesto que nos ha sacado de muchos apuros en La Romareda y que en Ejea siempre lo esperamos con los brazos abiertos», revela el joven, que esta noche cambiará los guantes por el clarinete. A la idea de la banda se ha sumado el Ayuntamiento y la familia del jugador. «Yo no podré ir porque me toca entrenar, pero irá mi madre», informa Rubén, hermano de Alberto. «Ha sido una idea muy buena y a mi hermano le gustará. Él viene siempre que puede y en el pueblo lo apoyan, ven que le han hecho una faena», cuenta.

Menos mal que las penas, con música, son menos, y las composiciones que esta noche tocará la banda de Ejea, antes de irse de gira al sur de Francia la semana que viene, seguro que traspasan fronteras y llegan directamente a Génova, al piso que aún busca Alberto Zapater en la ciudad italiana.